Un año más un grupo de chiflado que tenemos la rara habilidad de convertir en realidad nuestros sueños nos hemos puesto manos a la pluma y al pincel para editar la cuarta entrega de un libro que se ha convertido en un clásico de la Navidad.
Gracias a la colaboración desinteresada, y entusiasta en muchos de los casos, de un buen número de escritores e ilustradores de gran talla, y no de pantalón precisamente, hemos vuelto a inventar otra obra de arte en formato de bolsillo, para recreo de la vista y los sentidos de todos los privilegiados que tengan la suerte de disfrutarlo una Navidad más.
En una entrada anterior figuran las características del libro, sus participantes, el precio, las formas de reservarlo... Seguro que al leer esta reseña te acordaras de un restaurante al que sueles ir, de tu dentista, de tu peluquero, del taller donde le cambias el aceite al coche, o de un amigo que tiene un pequeño negocio y ya está aburrido de regalar mecheros y llaveros y bolígrafos que la mitad de las veces no tienen ni tinta, ni gas, ni llaves que guardar. Y si tú mismo prefieres felicitar las fiestas con un libro que cuesta poco más que una tarjeta de Navidad, pues miel sobre turrón.
Espero tu colaboración, tu promoción y que, como mínimo, disfrutes con la lectura del libro cuando lo acaricies entre tus dedos. Esa es la única razón que nos empuja a seguir contado cuentos, sin villancicos ni panderetas, por Navidad. La razón que nos alienta para que cuando un año muere para renovarse en otro que nace, el bendito sueño de un grupo de orates geniales se convierta en la realidad navideña más hermosa jamás contada e ilustrada.