Hace dieciseis años escribí un relato, lo mandé a un concurso literario y lo gané. De no haberlo hecho, probablemente no hubiera vuelto a escribir una sola línea más.
Hace siete meses resucité de entre los muertos, para seguir viviendo y escribiendo, y para redescubrir los valores de la familia, de la amistad verdadera y del amor completo.
En agosto tuve las fuerzas necesarias para escribír el primer relato que se me ocurría tras padecer la tromboembolia pulmonar masiva de la que milagrosamente estoy recuperado casi por completo.
Desde 2009, cuando me concedieron el Premio Miguel Delibes de Narrativa, por mi libro de cuentos "Entre el porvenir y la nada", y el Mazzantini de Llodio, por el relato "La decisión de Juan Portillo", no había vuelto a participar en ningún certamen literario. Pero me apetecía hacerlo en esta ocasión en un premio que tenía entre ceja y ceja, y que no había logrado antaño, cuando era un participante asiduo de los numerosos concursos literarios que se convocan en España. Un premio que, en caso de conseguirlo, me permitiría recogerlo, ya que lo entregan a menos de media hora de viaje en coche desde Portillo, y esa era la distancia máxima que entonces los médicos me permitían recorrer. Ese premio no era otro que las prestigiosas "Justas Poéticas Castellanas" de Laguna de Duero, que este año rendían su XXXII edición en la modalidad de cuento corto, y cuya concesión he conocido la semana pasada. El relato premiado se titula "El secreto de su nombre", y seguramente me animará a seguir escribiendo, ahora que andaba en la reserva de inspiración y de ánimos, porque la editorial que iba a publicar mi próximo libro ha decidido no seguir arriesgando lo que no tiene, porque corren malos tiempos para la lírica, y para la narrativa en este caso.
La entrega del premio tendrá lugar el próximo sábado 24 de noviembre, a las 20,00 h. en la Casa de Las Artes de Laguna de Duero.
Las Justas se apellidan Poéticas, porque hace más de 50 años que empezaron a convocarse en esa modalidad. Y se da la casual circunstancia de que, en una edición en la que han participado casi 450 narradores y más de 360 poetas de todo el mundo, el ganador en la vertiente poética ha sido el poeta Santiago Redondo Vega; un escritor que desgrana versos e hilvana cuentos con un talento prodigioso, y que tuvo a bien convertirse este verano en el padrino de los encuentros literarios "Lengua de Estrellas", que ha empezado a organizar la Asociación Socio Cultural "La Estrella" de Pozal de Gallinas.
Puede que sea casualidad, o que la Virgen de la Estrella, patrona de los gallinatos, haya decidido bendecirnos a los dos con su manto.
En cualquier caso, será un lujo recibir tan importante galardón el día 24 junto a un buen amigo y mejor poeta.
Y si las cosas salen bien, otra editorial aparecerá que quiera ponerle papel y cubierta a los nuevos cuentos que ingenio y escribo.
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