viernes, 18 de mayo de 2012

REAPARICIÓN Y REENCUENTRO TRAS RESURRECCIÓN

El día 17 de abril, mientras preparaba una conferencia, revisaba las galeradas de mi nueva novela y soñaba que el Real Madrid podría asaltar la conquista de su décima copa de Europa, si el Bayern primero -y el Barça luego- no le apartaban de ese objetivo, una tromboembolia pulmonar masiva estuvo a punto de eliminarme a mí para siempre de este mundo.
Confieso que negocié con un santo mi incorporación al otro barrio. Todos dicen que el portero del Cielo es San Pedro, pero el que me recibió tenía acento vasco (o eso me pareció), por lo que tal vez fuera San Mamés. Al verme, me dijo que la cosa allí tampoco está demasiado católica, y que yo iba a sentirme en aquellos andurriales un poco apretado; así que decidí volver, y quedarme en este mundo una temporada más. Al fin y al cabo, aunque los médicos califiquen mi retorno de milagroso, si he regresado tal vez sea porque me falte algo importante por hacer todavía en este teatro, muchas veces del absurdo, en el que cada uno representa su papel.
Lamento no haber podido atender los compromisos culturales que había adquirido alrededor del Día del Libro y las ferias de idem posteriores, pero es muy complicado fugarse de la UVI de un hospital, y más cuando uno no tiene arrestos ni para levantar la cabeza de la almohada.
Pero ahora, que ya puedo respirar sin la ayuda de un artilugio mecánico que me hace tener cierto complejo de submarinista, estoy dispuesto a reaparecer pública y literariamente el próximo jueves 24 de mayo, a las 20,00 h., en la Casa de Zorrilla de Valladolid, dentro del ciclo "Acercamiento al autor y su obra", para pronunciar -si los pulmones aguantan y la voz no se me quiebra como un frágil jarrón de porcelana china- la conferencia "La maldición del escritor. Siempre a caballo entre el porvenir y la nada".
Será un placer inmenso reencontrarme con mis lectores, y dar un abrazo a todos esos amigos a los que pensé que nunca volvería a ver.